Como
consecuencia de los contactos con el arquitecto D. Francisco Somoza nuestra
Cátedra de Proyectos VII-VIII ha decidido trabajar, en el próximo curso 2013-14,
en estas dos ciudades: castellana una, portuguesa la otra, a ambos lados de la
frontera. Ciudades de fundación antigua, con un distinto desarrollo
urbano-arquitectónico, interesantísimo a través de los siglos en ambos casos, ciudades-río
originadas tanto en la belleza natural de los lugares que ocupan como en su posición estratégica frente a su
territorio en torno.
Se trata de proyectos para la ciudad antigua, esto es en los dos casos, la ciudad anterior a las transformaciones llevadas a cabo desde mediados del siglo XIX, que acaban en gran medida con la complejidad y escala de aquella en pos de una uniformización que ya no se ha detenido. Ciudades ambas –Zamora y Bragança- que vienen definidas por la presencia de la muralla circundante como primer recinto definidor, como imagen unitaria que proyectar hacia el exterior, todavía reconocible y eficaz. No es aventurado suponer y extender este sistema del recinto como base formativa para la organización interior urbana de estas ciudades antiguas, donde las calles y plazas organizan jerárquicamente las diversas funciones: realidades domésticas o privadas unas y monumentales o públicas otras. Así lo veremos en las clases de apoyo mostrando los mejores ejemplos de las ciudades antiguas europeas.
Este es el gran principio de unidad, de disciplina urbana que rige la ciudad antigua, un gran modelo en este sentido y un eficaz antídoto contra la ideología actual que confiere, a menudo y en exceso, la cualidad de objetos autónomos, aislados y fuera de contexto a las actuaciones arquitectónicas en estos ambientes propios de la ciudad antigua. Trabajar desde este aprendizaje, desde esta lección permanente, analizando y reinterpretando los ejemplos propuestos en estas dos ciudades, es el fin declarado ya de antemano de este curso de Proyectos VII y VIII. Por eso vamos a trabajar ahora en Zamora y Bragança como antes y por las mismas razones lo hemos hecho en Marsella, Logroño, Vitoria o Burgos… entre otros lugares.
Se trata de proyectos para la ciudad antigua, esto es en los dos casos, la ciudad anterior a las transformaciones llevadas a cabo desde mediados del siglo XIX, que acaban en gran medida con la complejidad y escala de aquella en pos de una uniformización que ya no se ha detenido. Ciudades ambas –Zamora y Bragança- que vienen definidas por la presencia de la muralla circundante como primer recinto definidor, como imagen unitaria que proyectar hacia el exterior, todavía reconocible y eficaz. No es aventurado suponer y extender este sistema del recinto como base formativa para la organización interior urbana de estas ciudades antiguas, donde las calles y plazas organizan jerárquicamente las diversas funciones: realidades domésticas o privadas unas y monumentales o públicas otras. Así lo veremos en las clases de apoyo mostrando los mejores ejemplos de las ciudades antiguas europeas.
Este es el gran principio de unidad, de disciplina urbana que rige la ciudad antigua, un gran modelo en este sentido y un eficaz antídoto contra la ideología actual que confiere, a menudo y en exceso, la cualidad de objetos autónomos, aislados y fuera de contexto a las actuaciones arquitectónicas en estos ambientes propios de la ciudad antigua. Trabajar desde este aprendizaje, desde esta lección permanente, analizando y reinterpretando los ejemplos propuestos en estas dos ciudades, es el fin declarado ya de antemano de este curso de Proyectos VII y VIII. Por eso vamos a trabajar ahora en Zamora y Bragança como antes y por las mismas razones lo hemos hecho en Marsella, Logroño, Vitoria o Burgos… entre otros lugares.
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